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Circulación renal

La circulación renal hace referencia a los mecanismos encargados de la irrigación sanguínea de los riñones. Los dos riñones reciben normalmente alrededor del 20% del volumen sistólico; es decir unos 1100-1200 ml/min.

Descripción

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La arteria renal entra en el riñón a través del hilio renal y después se ramifica progresivamente hasta formar las arterias interlobulares, las arterias arciformes, las arterias interlobulillares (o arterias radiales) y las arteriolas aferentes sucesivamente hasta formar los capilares glomerulares. Es en estos capilares donde comienza el proceso de formación de la orina al filtrarse grandes cantidades de solutos y líquido (aproximadamente el 10-11% del flujo sanguíneo renal).

Sección del riñón que muestra la circulación arterial del órgano: 1. Arteria renal, 2. Arteria segmentaria, 3. Arterias interlobulares del riñón, 4. Arterias arcuatas, 5. Arterias interlobulillares.

Los extremos distales de los capilares de cada glomérulo coalescen hasta formar la arteriola eferente, que llega a la segunda red capilar de las nefronas (unidades funcionales del riñón): los capilares peritubulares, que rodean a los túbulos renales y donde tiene lugar la reabsorción tubular.[1]

La circulación renal tiene la particularidad de contar con dos lechos capilares, los capilares glomerulares y los peritubulares, que están dispuestos en serie y están separados por las arteriolas eferentes, que ayudan a regular la presión hidrostática en los dos grupos de capilares. De esta forma al ajustar las resistencia de las arteriolas aferente y eferente, los riñones pueden regular la presión hidrostática en los capilares glomerulares y peritubulares, cambiando el filtrado glomerular, la reabsorción tubular o ambas según se requiera.

Resistencia arteriolar

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Las tablas de abajo constituyen un esquema muy simplificado de cómo la resistencia de las arteriolas regula el filtrado glomerular y la reabsorción tubular, procesos que finalmente determinarán la producción de orina.

En función de la resistencia de la arteriola aferente:

Resistencia arteriolar aferente Filtración glomerular
Aumenta Desciende
Desciende Aumenta

Si aumenta la resistencia de la arteriola aferente, disminuye la presión hidrostática glomerular y desciende el filtrado glomerular. Si desciende la resistencia de la arteriola aferente por una dilatación de la arteriola aferente, aumenta la presión hidrostática glomerular y aumenta el filtrado glomerular.

En función de la resistencia de la arteriola eferente:

Resistencia arteriolar eferente Filtración glomerular Reabsorción tubular
Aumenta ligeramente Aumenta Aumenta
Aumenta mucho (3 veces la normal) Desciende Desciende

Si aumenta ligeramente la resistencia arteriolar eferente por vasoconstricción, aumenta la presión hidrostática glomerular sin reducir demasiado el flujo sanguíneo renal y el filtrado glomerular aumenta ligeramente. Si aumenta mucho la resistencia arteriolar eferente por vasoconstrición, se reduce el flujo sanguíneo renal y desciende el filtrado glomerular.

Referencias

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  1. Tratado de Fisiología Médica (Décimo Primera edición) - Guyton & Hall.