Coitus interruptus , la enciclopedia libre

Coito interrumpido
Antecedentes
Tipo de anticonceptivo Natural
Primer uso Antigüedad (hace más de 2000 años)
Tasa de Embarazo (primer año)
Uso perfecto 4 %[1]
Uso típico 22 %[1]
Uso
Reversibilidad
Recordatorios al usuario Depende del autocontrol del varón
Orinar entre relaciones sexuales ayuda a eliminar restos de semen de la uretra
Ventajas y desventajas
Protección contra ETS No

El coitus interruptus o coito interrumpido, también conocido como retirada, terminar fuera o marcha atrás, es un método de contracepción en el cual una pareja heterosexual tiene relaciones sexuales, pero el pene es retirado prematuramente y el semen es eyaculado fuera de la vagina, o no es eyaculado y es retenido dentro del cuerpo.

El uso de este método está documentado desde hace al menos 2000 años, y se estima que fue usado por 38 millones de parejas en todo el mundo en 1991.[2]​ Este método no previene las infecciones de transmisión sexual.[3]

Desde el siglo XVIII hasta el desarrollo de los métodos modernos, la retirada fue uno de los métodos anticonceptivos más populares en Europa, América del Norte y otros lugares.

Eficacia

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Según estudios realizados, los índices de embarazos no deseados observados en parejas que usaron la retirada como método anticonceptivo fueron, dependiendo de la población estudiada, de entre un 15 y 28%.[4]​ En comparación, en parejas que usaron la píldora anticonceptiva como método anticonceptivo se observó, incluyendo el uso incorrecto, un porcentaje de fallo de entre el 2 y el 8%,[5]​ mientras que con el dispositivo intrauterino (DIU) se observó un índice de fallo del 0,8%.[6]​ Según Kippley en las parejas que usaron preservativo, incluyendo usos incorrectos del profiláctico, se produjo un índice de fallo de 10-18%.[4]

Según algunos estudios, en las parejas que usan la retirada correctamente en cada acto sexual, se estima que el índice de fallo podría ser del 4%. En comparación, se calcula que los anticonceptivos orales tienen un índice de fallo, cuando son usados de manera ideal, de un 0,3%. Igualmente, se estima un 0,6% en el DIU y un 2% en el preservativo.[6]

La principal causa de fallo del método de la retirada es la falta de autocontrol de aquellos que lo usan. El mal momento de retirada puede ocasionar semen en la vulva, el cual puede fácilmente migrar al tracto reproductivo femenino. Algunos médicos ven a la retirada como un método anticonceptivo ineficaz.[7]

Se ha sugerido que el líquido preeyaculatorio o preseminal ("fluidos de Cowper") emitido por el pene previo a la eyaculación, puede contener espermatozoides, los cuales fácilmente pasarían al tracto genital.[8]​ Sin embargo, varios estudios menores han fallado al intentar encontrar espermatozoides viables en el fluido preseminal. Aunque es probable que arrastre espermatozoides de una eyaculación anterior, por lo que se recomienda que el varón orine entre relaciones sexuales para limpiar la uretra de restos de semen. Se recomienda también evitar los días fértiles de la mujer al realizar este método anticonceptivo, para mayor eficacia y seguridad.[9][10]

Ventajas

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Las ventajas del coitus interruptus es que puede ser usado por gente que tiene objeciones o que no tiene acceso a otras formas de anticoncepción. Algunos hombres lo prefieren para evitar cualquier posibilidad de efectos adversos de contraceptivos hormonales en sus parejas.[11]​ Algunas mujeres también prefieren este método sobre la contracepción hormonal para revertir efectos adversos, tales como depresión extrema, cambios de humor, sequedad genital, disminución de la libido y cefaleas, entre otros. No tiene costos monetarios directos, no necesita aparatos especiales, no tiene efectos colaterales físicos, puede ser practicado sin prescripción médica y no tiene barreras para la estimulación.

Desventajas

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Comparadas con los métodos comunes reversibles (DIU, contraceptivos hormonales y preservativos masculinos), el coitus interruptus es el menos efectivo en prevenir el embarazo.[6]​ Como resultado, es también de menor coste/eficacia que muchos métodos más efectivos, pues aunque el método en sí no tiene costo alguno, los usuarios se enfrentan al gasto de un potencial embarazo y nacimiento.[12]

El método es totalmente ineficaz en prevenir infecciones de transmisión sexual como el VIH, ya que el líquido preyaculado puede contener virus o bacterias que pueden infectar a la pareja al entrar en contacto con las mucosas. En algunas enfermedades, una reducción del fluido corporal intercambiados durante la relación sexual, puede reducir la probabilidad de enfermedad de transmisión sexual en comparación con el uso de ningún método debido al menor número de patógenos presentes.[10]

El método puede ser difícil de usar para algunas parejas ya que la interrupción del acto sexual puede dejarlas frustradas o insatisfechas.[13]

Prevalencia

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Según el National Center for Health Statistics, del Departamento de Salud del Gobierno de los Estados Unidos, en ese país el 56% de las mujeres de edad reproductiva han tenido alguna vez en su vida una pareja con la cual usó la retirada como método anticonceptivo.[14]

A nivel mundial, cerca del 10 % de las mujeres en edad fértil confía en la retirada como su principal método anticonceptivo. La popularidad regional del método varía ampliamente, en sociedades conservadoras y en sociedades subdesarrolladas su uso aumenta.[15]

Referencias

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  1. a b Trussell, James (2011). «Contraceptive efficacy». En Hatcher, Robert A.; Trussell, James; Nelson, Anita L.; Cates, Willard Jr.; Kowal, Deborah; Policar, Michael S. (eds.), eds. Contraceptive technology (20th revised edición). New York: Ardent Media. pp. 779-863. ISBN 978-1-59708-004-0. ISSN 0091-9721. OCLC 781956734.  Table 26–1 = Table 3–2 Percentage of women experiencing an unintended pregnancy during the first year of typical use and the first year of perfect use of contraception, and the percentage continuing use at the end of the first year. United States. Archivado el 15 de febrero de 2017 en Wayback Machine.
  2. Rogow D, Horowitz S (1995). «Withdrawal: a review of the literature and an agenda for research». Studies in family planning (en inglés) 26 (3): págs. 140-53. PMID 7570764. doi:10.2307/2137833. , que cita:
    Population Action International (1991). "A Guide to Methods of Birth Control." Briefing Paper No. 25, Washington, D. C.
  3. Sanidad recomienda hasta trece métodos anticonceptivos "eficaces" para evitar un mal uso de la píldora postcoital
  4. a b Kippley, John; Sheila Kippley (1996). The Art of Natural Family Planning (en inglés) (4ª edición). Cincinnati, Ohio: The Couple to Couple League. p. 146. ISBN 0-926412-13-2. , que cita:
    Guttmacher Institute (1992). «Choice of Contraceptives». The Medical Letter on Drugs and Therapeutics (en inglés) 34: págs. 111-114. PMID 1448019. 
    Hatcher, RA; Trussel, J; Stewart, F; et al (1994). Contraceptive Technology (en inglés) (16ª edición). Nueva York: Irvington Publishers. ISBN 0-8290-3171-5. 
  5. Audet MC, Moreau M, Koltun WD, Waldbaum AS, Shangold G, Fisher AC, Creasy GW (2001). «Evaluation of contraceptive efficacy and cycle control of a transdermal contraceptive patch vs an oral contraceptive: a randomized controlled trial». JAMA (en inglés) 285 (18): págs. 2347-54. PMID 11343482. doi:10.1001/jama.285.18.2347. Archivado desde el original el 26 de marzo de 2007. Consultado el 19 de enero de 2009. 
    «Contraceptive Use». Facts in Brief. Guttmacher Institute. Archivado desde el original el 25 de mayo de 2005. Consultado el 10 de mayo de 2005.  - ver tabla First-Year Contraceptive Failure Rates
  6. a b c Hatcher, RA; Trussel, J; Stewart, F; et al (2000). Contraceptive Technology (en inglés) (18ª edición). Nueva York: Ardent Media. ISBN 0-9664902-6-6. Archivado desde el original el 31 de mayo de 2008. Consultado el 19 de enero de 2009. 
  7. Creatsas G (1993). «Sexuality: sexual activity and contraception during adolescence». Curr Opin Obstet Gynecol (en inglés) 5 (6): págs. 774-83. PMID 8286689. 
  8. «Withdrawal (coitus interruptus)». Reproductive Health Online: The Reading Room (en inglés). JHPIEGO. Consultado el 29 de julio de 2007. 
  9. Zukerman, Z.; Weiss, D.B. Orvieto R. (abril de 2003). «Short Communication: Does Preejaculatory Penile Secretion Originating from Cowper's Gland Contain Sperm?». Journal of Assisted Reproduction and Genetics (en inglés) 20 (4): págs. 157-159. PMID 12762415. doi:10.1023/A:1022933320700. 
    Free M, Alexander N (1976). «Male contraception without prescription. A reevaluation of the condom and coitus interruptus» (PDF). Public Health Rep (en inglés) 91 (5): págs. 437-45. PMID 824668. Consultado el 6 de marzo de 2007. 
  10. a b «Researchers find no sperm in pre-ejaculate fluid». Contraceptive Technology Update (en inglés) 14 (10): págs. 154-156. octubre de 1993. PMID 12286905. 
  11. Ortayli, N et al (2005). «Why Withdrawal? Why not withdrawal? Men's perspectives». Reproductive Health Matters (en inglés) 25 (13): págs. 164-73. PMID 16035610. doi:10.1016/S0968-8080(05)25175-3. 
  12. James Trusell, et al. (abril de 1995). «Economic value of contraception» (PDF). American Journal of Public Health (en inglés) 85 (4): págs. 494-503. 
  13. «Coitus Interruptus (Withdrawal)». Abstinence & Natural Birth Control Methods (en inglés). Sexually Transmitted Disease Resource. 2006. Archivado desde el original el 10 de septiembre de 2006. Consultado el 5 de septiembre de 2006. 
  14. Chandra, A; Martinez GM; Mosher WD; Abma JC; Jones J. (2005). «Fertility, Family Planning, and Reproductive Health of U.S. Women: Data From the 2002 National Survey of Family Growth» (PDF). Vital Health Stat (en inglés) (National Center for Health Statistics) 23 (25). Consultado el 20 de mayo de 2007.  Ver tablas 53 y 56.
  15. Family Planning Worldwide: 2002 Data Sheet (PDF) (en inglés). Population Reference Bureau. 2002. Archivado desde el original el 26 de septiembre de 2006. Consultado el 14 de septiembre de 2006. 

Véase también

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