En este disco, Galemire une el sonido jazzero que ya había representado en la música uruguaya la banda Opa, la cual había integrado Ruben Rada, con la tradición de la canción uruguaya. Continúa con la «murga-pop» o «murga canción» que se había arraigado con Jaime Ross en Cometa de La Farola.[1] Además, hay otras canciones que son baladas acústicas, como por ejemplo «Claros», «Palabras cruzadas» y «La fogata».[2]
Si bien el disco tuvo poca repercusión popular, luego se convirtió en un disco de culto, sobre todo en el ambiente artístico.[2]