Retablo de las Candelas (Catedral de Orense) , la enciclopedia libre

Retablo de las Candelas
Autor Alonso de Freiría
Creación 1645
Ubicación Catedral de Orense (Galicia, España)
Estilo manierista
Material madera policromada y dorada

El retablo de las Candelas es una obra realizada por Alonso de Freiría en 1645. Está ubicado en la Catedral de Orense (Galicia, España).

Historia

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Deambulatorio

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La construcción del deambulatorio de la seo, en cuyo extremo nororiental se encuentra la capilla que acoge el retablo, supuso la modificación del triple ábside original del testero, obra imprescindible para la yuxtaposición de esta área del templo. El principal cometido de dicha labor fue la instalación de una serie de capillas así como de ventanales en la sección superior para dotar de iluminación a la girola, todo ello acorde a la traza de Simón de Monesterio, cuya muerte en 1624 supuso la paralización de las obras, las cuales serían retomadas en 1626 por los maestros Alonso Rodríguez, Gonzalo Baquero, Juan de Solaeza y Andrés Lorenzo, concluyendo entre 1630 y 1633 con Pedro Gómez de la Sierra y Rodrigo de la Hoz.[1]: 43  Esta labor, además de variar por completo la primitiva planta de la catedral y de provocar la total e irreparable destrucción de la antigua cabecera (pérdida lamentada por Manuel Sánchez Arteaga), no buscó armonizar la arquitectura manierista con la románica original de los siglos xii y xiii.[2]: 101  Inicialmente estaba proyectada la construcción en esta parte de un pequeño recinto circunvalado, destinado a atrio o claustro, que se iba a extender un poco más allá de la cabecera; este espacio recibía el nombre del santo patrón de la seo, San Martín, y en él fueron sepultados numerosos prebendados, varios de los cuales contaban con monumentos o sarcófagos, albergando el resto simples lápidas con inscripciones.[2]: 102 

En el cabildo celebrado el 15 de junio de 1615 se acordó la construcción del deambulatorio, disponiéndose cédulas en todas las partes donde hubiese oficiales con el fin de que fuesen convocados para ajustar la obra. El 18 de mayo de 1618, ante el escribano Gregorio López de Cárdenas, se otorgó la escritura de contrato entre el cabildo y Monesterio, fijándose el precio en 7400 ducados. Las obras comenzaron en 1620, año en que fueron demolidas las capillas absidales menores, dedicadas la del norte a los santos Facundo y Primitivo (anteriormente al papa San Eleuterio) y la del sur a Santa Eufemia, la cual fungía como parroquia y fue en consecuencia trasladada a la Capilla de San Juan,[nota 1]​ si bien las reliquias de la mártir permanecieron en el sarcófago original, situado en el paramento exterior sur de la capilla mayor, frente a la sacristía, mientras que las reliquias de los santos Facundo y Primitivo se dejaron en los lucillos correspondientes: uno en lo alto del muro situado junto a la puerta lateral norte de la capilla mayor y el otro en el paramento exterior sur de la Capilla del Santo Cristo (los restos de los tres mártires serían trasladados el 23 de junio de 1720 a su emplazamiento actual por disposición del obispo Juan Muñoz de la Cueva).[2]: 102 [nota 2]​ Cinco de las siete capillas de la girola fueron levantadas siguiendo un mismo diseño, motivo por el que arquitectónicamente son idénticas y tan solo se diferencian en la decoración; las otras dos, ubicadas en los extremos y dedicadas respectivamente a San José (antes a la Anunciación)[nota 3]​ y a San Antonio,[nota 4]​ constituyen realmente arcosolios, motivo por el que son diferentes de las cinco capillas restantes además de poseer unas dimensiones mucho menores.

Capilla

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En cuanto a la capilla que cobija el retablo, denominada Capilla de Santa Isabel, Capilla de la Visitación y Capilla del Arrojo,[nota 5]​ esta fue enajenada en 1643 por el cabildo a Antonio de Arrojo y Valcárcel, regidor y vecino de Orense, «con las sepulturas y territorio que se halla dentro y delante de ella desde el medio pilar de dicha capilla hasta el otro medio», todo ello junto con su propia sacristía y por un precio de 700 ducados, con la condición de instalar unas rejas de hierro, un retablo y un frontal, además del deber de retejarla y aderezarla. Estas obligaciones recaían no solo en Valcárcel sino también en sus sucesores, quienes debían dotar a la capilla de todo lo imprescindible «siempre que lo necesite»; por razón de la oblata, Valcárcel ofreció ochenta ducados adicionales, mientras que los capellanes de la misma tenían la obligación de asistir a las procesiones de letanías de todas las capas y las demás que salían fuera de la catedral.[2]: 129  Cabe destacar que la reja actual fue colocada casi dos siglos después, en 1842, tal y como consta en el acta capitular del 28 de septiembre de ese año: en dicha acta se consignó que habiendo desmantelado el ayuntamiento el cementerio anexo a la cara norte de la Iglesia de Santa María Madre con el fin de destinarlo al levantamiento de la actual plaza de la Magdalena, la corporación municipal deshizo también el atrio, compuesto por tres tramos abalaustrados con rejas de hierro que la iglesia poseía rumbo a la plaza mayor, lugar donde se construyó la escalinata que hoy conduce al templo. Esta reja sería destinada por el cabildo a la Capilla de la Resurrección, elaborándose a su vez una nueva para la Capilla de Santa Isabel, obra de Gabriel Pérez; esta costó 1948 reales y 22 maravedíes, suponiendo la instalación de ambas, junto con los zócalos, pinturas, etc., un desembolso de 1366 reales.[1]: 49 [2]: 126–127  Respecto al retablo, hay constancia de que fue elaborado en 1645 por el esamblador Alonso de Freiría siguiendo las trazas del platero orensano Isidro de Montanos.[1]: 49 

Descripción

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Retablo

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Talla de la Virgen de las Candelas.

El retablo se compone de un cuerpo con tres calles, banco y ático. El nicho central, de medio punto, está enmarcado por dos pares de columnas coronadas por capiteles de orden compuesto y decoradas con relieves en el tercio inferior, mostrando el resto fuste estriado en diagonal. Las hornacinas de las calles laterales, de forma rectangular, lucen sobre ellas frontones partidos clásicos rematados por un óvalo dorado en bajorrelieve, mientras que a un lado se halla un pilar idéntico a los que flanquean la hornacina central, coronada esta por un voluminoso frontón curvo. Este frontón se apoya en una prominente cornisa escalonada la cual descansa en la calle central sobre discretas ménsulas (de rocalla las de los extremos), apoyándose los tramos de las calles laterales en pequeñas peanas con forma de trapecio invertido. El ático muestra un Calvario (de no muy esmerada factura por estar situado lejos de la vista del público) flanqueado por pilastras y columnillas, estas últimas similares a las presentes en el cuerpo del retablo, si bien el tercio superior posee fuste estriado en vertical. Rematado con una cornisa escalonada sobre la que se ubica un frontón partido curvo rematado por volutas en el interior, a ambos lados de la escena se disponen discretos aletones rematados también en los extremos por volutas. El banco, decorado con vistosas ménsulas de rocalla y con el símbolo del avemaría en el centro, bajo la imagen titular, presenta una importante mutilación en el extremo derecho, con toda seguridad efectuada con el fin de adaptar el retablo al espacio en el que se encuentra puesto que en la zona donde se halla la sección faltante se ubica una puerta que conduce a la sacristía de la Capilla del Santo Cristo. Bajo el retablo, sin formar parte del mismo, destaca un altar pétreo con superficie de madera decorado en los extremos del frontal con ménsulas.

Respecto a la imaginería, la hornacina principal se encuentra presidida por una talla barroca del siglo xvii realizada en madera policromada de la Virgen de las Candelas. Esta imagen, ataviada con una túnica roja y una capa azul, ambas con estampación dorada, luce corona, un cirio en la mano derecha y al Niño Jesús en la mano izquierda, apoyándose en una peana decorada con las cabezas de tres serafines (destaca el hecho de que esta es la única imagen dedicada a la Virgen de las Candelas en toda la ciudad junto con la talla venerada en la Iglesia de San Pedro). A ambos lados de la hornacina central se encuentran dos tallas anónimas fechadas en el primer cuarto del siglo xviii realizadas también en madera policromada, siendo la de la izquierda San Ramón Nonato, caracterizado por portar una custodia y una palma circundada por tres coronas, y la de la derecha San Rafael, la cual se apoya en un bastón de peregrino del que cuelga una diminuta calabaza a modo de cantimplora, si bien carece del pez que debería llevar en su mano izquierda,[1]: 49  pese a lo cual responde a la iconografía de pescador, guardando similitudes con la talla homónima presente en el retablo mayor del Monasterio de San Martín Pinario ya que en ambas el arcángel es representado joven, imberbe, vestido con túnica larga, calzado con sandalias, alado y señalando al cielo.[3]: 190  Por su ejecución y datación, las tallas de San Ramón Nonato y San Rafael podrían ser obra de Francisco de Castro Canseco, quien en el primer cuarto del siglo xviii llevó a cabo varios trabajos para la catedral, como los retablos de la Resurrección, de San Miguel, de Santa Eufemia, de los santos Facundo y Primitivo y de San Sebastián y San Roque.

Capilla

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En lo que respecta a los demás elementos de la capilla, de medio punto con bóveda de casetones policromados, en el muro izquierdo se halla un cuadro de la Divina Misericordia con el lema «JESUS, EN TI CONFIO», obra de Maricarmen Mouronte en 2006, mientras que en el muro de la derecha se encuentra una tabla de madera del coro catedralicio con un bajo relieve de San Pelayo, quien figura representado como un hombre joven en vez de como un niño, como suele ser habitual.[1]: 49  Esta capilla, a diferencia de las del resto del deambulatorio, presenta la particularidad de ser la única que posee dos puertas: una en la pared de la derecha, la cual conduce a su propia sacristía; y otra en la pared frontal, a la derecha del retablo, la cual lleva directamente a través de un habitáculo al trasaltar de la Capilla del Santo Cristo, siendo en realidad la sacristía de esta última, zona restringida al público frecuentemente utilizada por el personal autorizado de la catedral, motivo por el que la Capilla de Santa Isabel se encuentra abierta y accesible a los visitantes ya que la misma es empleada como zona de paso.[nota 6]

Notas

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  1. La parroquia sería trasladada a su actual sede, la Iglesia de Santa Eufemia (anteriormente de la Compañía de Jesús), el 27 de mayo de 1770.
  2. Pese al traslado los sarcófagos fueron dejados intactos en su ubicación original, datando el de los santos Facundo y Primitivo del siglo xv y el de Santa Eufemia, el cual contuvo también las reliquias de quienes murieron con ella, de 1505.
  3. Esta capilla, con una decoración en estilo rococó, fue enajenada el 5 de julio de 1629 por el cabildo, mediante escritura ante Gregorio López de Cárdenas y por un precio de 400 ducados, a Pedro Boán y Landecho, dueño del pazo de San Damián en Fontefría (Amoeiro). La imagen de San José que la preside, procedente del ático del retablo de la Virgen del Carmen (hoy presidido por una talla de San Francisco de Asís), es del siglo xviii y se halla próxima al estilo de José Ferreiro.
  4. Esta capilla, junto con algunas sepulturas, fue vendida por el cabildo en 1658, mediante escritura ante Juan de Cárdenas y por un precio de 400 ducados y cinco de renta anual para la fábrica, al arcediano de Limia y canónigo cardenal Pedro de Lemos Pereira, quien quedó obligado a instalar en ella un altar, si bien poco después, en 1662, la traspasaría por el mismo precio y con la misma condición al regidor Álvaro Salgado Sotelo y a su mujer Clara de Deza y Lemos.
  5. La denominación de esta área de la seo como Capilla de Santa Isabel y Capilla de la Visitación resulta un tanto desconcertante puesto que no hay constancia de que este espacio hubiese albergado alguna vez una imagen representativa de Santa Isabel o alguna referencia al episodio de la Visitación.
  6. Esta capilla es, junto con la Capilla de la Asunción, la única del deambulatorio que se encuentra abierta al público.

Galería de imágenes

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Referencias

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  1. a b c d e González García, Miguel Ángel (2018). ArtiSplendore, ed. Catedral de Ourense: Sorpresa gozosa de arte y fe. ISBN 978-84-946242-8-5. 
  2. a b c d e Sánchez Arteaga, Manuel; Cid Rodríguez, Cándido (1916). La Región, ed. Apuntes histórico artísticos de la Catedral de Orense. 
  3. Villaverde Solar, Dolores (2007). «El patrimonio mueble de las catedrales gallegas en la Edad Moderna». De cultura, lenguas y tradiciones: II Simposio de Estudios Humanisticos (Ferrol, 14-16 noviembre de 2006). ISBN 978-84-9749-243-0.