Tratado de Limerick , la enciclopedia libre
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El Tratado de Limerick fue un tratado de paz firmado en 1691 en la ciudad de Limerick, Irlanda, que puso fin a la Guerra Guillermita entre Guillermitas (defensores de Guillermo III de Inglaterra), y Jacobitas, partidarios de la Casa de Estuardo. También supuso el fin del segundo sitio de Limerick (1690-1691). Se cree que el tratado fue firmado sobre la Piedra del Tratado o Treaty Stone, que actualmente puede contemplarse en un pedestal junto al río Shannon y frente al Castillo del Rey Juan.
Contenido del Tratado
[editar]El Tratado contenía dos tipos de cláusulas: civiles y militares, aunque más bien puede hablarse de dos tratados distintos, uno civil y otro militar.
Cláusulas militares
[editar]En el tratado se establecían que los soldados el ejército jacobita derrotado podían marchar a Francia a servir bajo las órdenes de Jacobo II de Inglaterra, en la llamada Brigada Irlandesa. Unos 14.000 soldados jacobitas tomaron esta opción y viajaron a Cork, donde se embarcaron con destino a Francia, muchos de ellos acompañados por sus mujeres e hijos.
Otra opción para los soldados derrotados era unirse al propio ejército guillermista, opción que adoptaron unos 1000 soldados. El resto (unos 2.000) prefirieron volver a casa.
Esta parte del tratado estaba compuesta por veintinueve cláusulas, que fueron acordadas entre el Teniente General Godert de Ginkell, Comandante en Jefe del ejército inglés, y los Tenientes Generales D'usson y de Tesse, Comandantes en Jefe del ejército irlandés.
Cláusulas civiles
[editar]Estas cláusulas tenían la finalidad de defender los derechos de los jacobitas que decidieron quedarse en Irlanda. El Tratado establecía que sus propiedades no podían ser confiscadas mientras jurasen obediencia a Guillermo III de Inglaterra, y que los nobles católicos tenían permiso para portar armas. Sin embargo, las cláusulas de este tratado civil no fueron respetadas por los Guillermistas por mucho tiempo, debido sobre todo a la oposición del Parlamento inglés. Desde 1695, una serie de duras leyes penales comenzaron a imponerse a los católicos irlandeses.
Esta parte del tratado contenía trece artículos, acordados entre Sir Charles Porter y Thomas Coningsby, Jueces de Irlanda, y el Barón de Ginkle, Teniente General y Comandante en Jefe del ejército inglés.