Verbo reflexivo , la enciclopedia libre
Un verbo reflexivo es aquel que indica que el resultado de la acción realizada por el sujeto de la oración recae en el propio sujeto; dicho de otra manera, el sujeto y el objeto directo de la oración tienen el mismo referente real. Este tipo de verbos son comunes en las lenguas romances y en otra familias, como las lenguas germánicas. Ejemplo en español: Ella se lava, él se viste.
Los verbos recíprocos se pueden considerar como un tipo de verbo reflexivo; son aquellos en los que hay varios referentes reales que son a la vez sujeto y objeto directo, es decir, todos realizan la misma acción sobre el otro o los otros. Ejemplo en español: Nos damos la mano.
En muchas lenguas los pronombres objeto son estrictamente diferentes de los pronombres reflexivos, en español son diferentes solo en tercera persona (se).
Verbos reflexivos en español
[editar]En español los verbos reflexivos se conjugan en todas sus formas con un pronombre personal átono de la serie reflexiva (me, te, se, nos, os), que concuerda en género (masculino o femenino), número (singular, plural) y persona (1ª, 2ª o 3ª persona) con el sujeto, tal como pasa con otros verbos pronominales.[1] Cuando el verbo es reflexivo, el pronombre reflexivo puede ser analizado sintácticamente como el objeto directo de la oración. Los verbos recíprocos tiene la misma forma que los reflexivos y usan los mismos pronombres, la diferencia está en el significado y a veces es imposible distinguirlos salvo por el contexto pragmático; por ejemplo ellos se peinan puede significar tanto que cada uno se peina a sí mismo como que cada uno peina a otro.